A veces, me veo envuelta en entornos o situaciones que me desilusionan como ser, que incluso ponen en duda mis ganas de vivir… como si lo que siento en mi interior fuera una gran locura que se cortara al tomar contacto con el entorno. Afortunadamente esa sensación cada vez la siento menos, ahora estoy segura de que no es mi locura sino “mi verdad” y que debo ser yo quien la saque a fuera, es mi deber como ser humano/a, ser fiel a ella para sentirme en harmonía conmigo misma y con el universo que me rodea, que no existe límite ni división entre mi piel y lo que le siga…
La experiencia de la regresión fue para mí como un recordatorio, una confirmación de todo eso que está dentro de cada uno/a y que yo durante muchos años había intentado callar. Hacer la sesión me ayudó a conocerme más, a entender cosas que me habían sucedido y el por qué, otras situaciones que sospechaba fueron afirmadas, me ha llevado a creer más en mí y por lo tanto a estar más a gusto conmigo misma y con todo lo que me rodea.
Creo que las regresiones te recuerdan lo relativo que es todo, la pureza y la maravilla de la existencia, te permiten revisar la vida que llevas desde otra perspectiva y visitar otras vidas por las que pasaste. Así, cuando vuelves sabes que nada importa… porque todo importa, todo es tan insignificante que cada detalle tiene su belleza y valor infinito, cada experiencia es valiosa e única.
#Mataró 2014
Sujeto femenino 24 años.